Todo ser humano es imbécil por lo menos diez minutos al día.

"Durante un consejo de ministros que presidía Churchill, dos de sus ministros discutían sobre un error que uno de ellos había cometido.

- ¡Parece mentira que alguien tan inteligente haya cometido semejante estupidez!, le dijo uno al otro.

- ¡Claro! -se defendió el agredido-. No me daba cuenta que usted nunca se equivoca.

- ¡Señores, por favor! -cortó drásticamente Churchill-. Este comportamiento es indigno de dos miembros del Gobierno de Su Majestad. Déjenme que les diga algo que al parecer desconocen los dos.

Un silencio total se produjo en la sala. Entonces Churchill añadió:

- Todo ser humano es imbécil por lo menos diez minutos al día.

Todos los ministros se miraron entre sí creyendo que Churchill había terminado, pero continuó para revelarles el secreto:

- El truco está en no sobrepasar ese límite.