No tengo por costumbre escuchar la radio por la noche; pero, en la madrugada del miércoles, la encendí porque no podía dormir. Tenía sintonizada la Cadena SER, estaban emitiendo El Larguero y José Ramón de la Morena hablaba con dos médicos, José González y Antonio Escribano, quienes, al parecer, tienen sección fija en el programa.
No estaba prestando mucha atención hasta que el periodista deportivo comentó a sus invitados que "un estudio realizado por una gerontóloga alemana ha afirmado que los hombres que miran los pechos de una mujer durante diez minutos al día pueden vivir hasta cinco años más".
"En un seguimiento durante cinco años de 400 hombres, al final, se llegó a la conclusión de que todos los que siguieron ese tratamiento, mirar los pechos de una mujer durante diez minutos al día, tenían mejor presión arterial y menos riesgos de sufrir enfermedades cardiovasculares", explicaba el director de El Larguero. Y seguidamente preguntó a sus dos expertos si el estudio era verdad, a lo que los dos dos médicos respondieron que el artículo habían sido publicado en The New England Journal of Medicine (NEJM) y que lo habían leído, e intentaron dar una posible explicación científica del fenómeno.
Tengo que reconocer que me dejó con la boca abierta que los dos médicos afirmaran que han leído el artículo de la gerontóloga alemana en NEJM. ¿Por qué? Porque ni existe la gerontóloga Karen Weatherby, a quien se atribuye el trabajo, ni nadie ha hecho un experimento en esa línea que haya demostrado que mirar los pechos femeninos prolongue la esperanza de vida de los hombres. Esta noticia es un viejo bulo que empezó a circular por Internet hacia 1999, según documenta la web especializada en leyendas urbanas Snopes.com, y que cada cierto tiempo resucita alguien como si fuera cierta. Fue lo que el 3 de diciembre hizo el gratuito Qué!.
Según Snopes.com, la conveniencia para los hombres de mirar los pechos de las mujeres para vivir más aparece por primera vez en el número del Weekly World News del 13 de mayo de 1997, cuya portada alerta de que los desastres meteorológicos que asolaban entonces EE UU eran un signo de la inminente Segunda Venida. En la página 38 de ese ejemplar del semanario más freak, se anunciaba: "¡Mirar unas tetas grandes suma años a la vida del hombre!".
La información, que pueden leer pinchando en la imagen, contaba en esencia lo mismo que la publicada en Qué! hace unos días y en otros medios españoles y extranjeros en los últimos años, si bien atribuía el hallazgo a un hombre y no citaba ninguna revista científica.
Yo, de todos modos, estoy dispuesto a desdecirme si los doctores Escribano y González me mandan una copia del artículo de NEJM que aseguran haber leído.